(Leyenda de los Lagos de Montebello)
Hace muchos años, a finales del siglo pasado, cuando la región de los Lagos de Montebello era únicamente conocida por los dueños de las grandes fincas de esa zona y por los montañeses que tenían entre la selva virgen sus poblados, fue entonces cuando se notó la pérdida de ganado vacuno y caballar sin dejar rastro de ellos. Después, vaqueros desaparecidos con todo y el caballo que montaban, por todo esto, algunas personas empezaron a sospechar que algo raro y sobrenatural estaba atacando a gente y animales.. y se pusieron de acuerdo para vigilar de día y de noche por toda la zona de los lagos.
Un día cuando uno de los vaqueros hacía su recorrido habitual a la orilla de uno de los hermosos Lagos de Colores, vio una víbora con cara de vaca y cuernos que abriendo sus espantosas fauces se tragaba a una res de tamaño grande. El vaquero espoleó a su caballo el cual, dando grandes relinchos se alejó a galope y, llegando a la casa grande (que así se le llamaba a la casa del patrón de la finca), contó lo sucedido… pero fue tal el susto del vaquero que enfermó y a los pocos meses murió. Como se decía, fue de espanto y por más de las curas habituales en estos casos, falleció…
Desde entonces y con mucha precaución, varios intrépidos empezaron a salir a la caza de este animal, pero nunca lo lograron porque nadie lo volvió a ver y, según la leyenda se sumergió en lo más profundo de los Lagos y es por eso que no se ha encontrado el cuerpo de muchas personas que se han ahogado en ellos; algunos han aparecido trabados en raíces, pero los que no han sido localizados, jamás, dicen las personas ya muy viejas de esos lugares, que la serpiente infernal se los tragó y que no se sabe en que Lago esté, porque todos tienen comunicación en lo más profundo de sus aguas.
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