Lugares llenos de misterios y magia.  Si, magia.

Los panteones antiguos fueron templos construidos por el Consúl Agripa hacia el año 27 A.C., con el fin de venerar muchas deidades; su significado es «templo de todos los dioses«.

En el camino evolutivo de la especie humana, el culto a los antepasados y la creencia en la vida después de la muerte se han encontrado desde el hombre de Neandertal. La historia y evidencias arqueológicas nos muestran el especial cuidado con los cuerpos después de la muerte.

El enterramiento, la momificación, el  embalsamiento, y la cremación son ejemplos de ese manejo post morten.

En México, las técnicas mortuorias han sido variadas y diversas. En culturas precolombinas se encontraron ricos entierros en los que el difunto se vestia con elegantes vestidos y joyas, rodeado de ofrendas, siempre y cuando perteneciera a una clase alta; si pertenecía a la clase gobernante se enterraba en edificios especiales como templos o palacios. Si el difunto era de clase baja, normalmente se enterraba en su casa con alguna pequeña ofrenda.

Eso no ha cambiado mucho. Al menos en Chiapas.

Hemos recorrido algunos municipios de nuestro estado, y cosa que nos llamó la atención es la peculariedad de algunos panteones, como el de Berriozabal o el de Coapilla. Asi que parte de nuestra visita a estos municipios, es la visita a sus panteones, que ya iremos compartiendo con ustedes.

Es interesante como cada ser humano vive de acuerdo a su medio ambiente y sus constumbres, mismas que refleja aún en la última morada.